"Duelo a garrotazos", de Francisco de Goya
Creo que fue don Antonio Machado quien dijo aquello de “españolito que vienes al mundo, uno de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Corríjanme si me equivoco, pues escribo de oídas, que ya se sabe que la cultura es el rescoldo que queda de lo que se sabía…, después de haberlo olvidado.
Pues bien, a lo que íbamos: hoy en día, y desde hace años, hay dos Españas en España. La España oficial, del todo va bien, la economía prospera, la macroeconomía va a mejor, el desempleo se reduce -dentro de cien años, todos calvos-, etc., y la España real, que basta con salir a la calle, escuchar las conversaciones ajenas, acudir a bares, preferiblemente de barrios, o a una oficina del INEM, y encontrarse con la triste y cruda realidad: las cosas no son como nos las cuentan, ni mucho menos.
Los medios de comunicación social, la mayoría de ellos (y este diario es una honrosa excepción), se dedican a hacer de botafumeiros del partido en el poder, o mejor dicho, de los partidos en el poder, pues hay un tripartito rampante que nos mal gobierna: el PPPSOE (o el PSOEPP), con el acompañamiento coreográfico de Albert Rivera y su alegre muchachada…
No es cierto que la situación sea boyante, ni mucho menos. Sigue aumentando el paro, aunque cada vez hay más parados que ya pasan de inscribirse en el INEM, total, ¿para qué?, si ese inútil organismo no sirve ni para encontrar trabajo al 2% de quienes consiguen una colocación, la mayoría por relaciones personales, familiares o políticas. (Por no decir sexuales, que también, en muchos casos).
La práctica totalidad de los organismos oficiales han hecho dejación de sus funciones, y sólo hay que ver lo sorprendidos que andamos todos estos días de ver que el Consejo de Estado le tira las orejas al gobierno “reinante”. ¡Qué desfachatez! ¡Qué falta de “respeto” al poder establecido! Con lo fácil que es hacer lo mismo que hacen el CGPJ, el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía General “del gobierno”, el Defensor del Pueblo, y no digamos el Justicia de Aragón, que no tengo ganas de descojonarme más…
Hace años aquí lo único que funcionaba más o menos bien era ese diario tan serio llamado el BOE, editado en papel (hasta que llegó una directora general, socialista por más señas, y se dedicó a robar con las compras masivas de papel, a precios de escándalo), y la Guardia Civil.
Publicado el BOE en formato digital, ya no es lo mismo, y sólo nos queda la Guardia Civil, con todos sus defectos, por supuesto, pero Dios quiera que dure muchos años.
Lo cierto es que tenemos dos Españas: la de las televisiones, radios y periódicos, y la España real. Y sólo hay que salir a la calle para ver la gran divergencia entre ambas. Distanciamiento que además se va ampliando con el tiempo, por lo que no es de extrañar el asco que nos producen los políticos a la gran mayoría de los españoles honrados.
Podrán robarnos, pero por lo menos que no se rían en nuestras narices, intentando que comulguemos con ruedas de molino.
La realidad es muy simple: los españoles de a pie, es decir los no políticos o funcionarios, estamos mal, pero vamos a peor.
Es la dura y cruda realidad. Hay hay dos Españas: 1. Los políticos y funcionarios, que viven bastante bien, en términos generales, y 2. Los autónomos, parados, jubilados, trabajadores temporales o empleo precario, etc., QUE NOS LIMITAMOS A SOBREVIVIR. Ni más ni menos.
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