Ábalos, el portavoz provisional que el PSOE se sacó de la chistera parlamentaria para responder a Pablo Iglesias, enseñó un papel --que luego medio leyó-- que el asesor de cabecera del líder de Podemos le escribió en mayo, para que tuviera siempre a mano que la hoja de ruta de la formación morada comenzaba y terminaba también en la técnica política de no dejar crecer al PSOE, incluso por encima del intento de derribo de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno del Reino de España.
Hoy, día siguiente a la moción, casi nadie se ocupa de este detalle, y solo se incide en las buenas formas que se mostraron el portavoz sociata y el propio Iglesias. Y, sin embargo, el citado informe existe y ha sido elaborado por ese asesor que Izquierda Unida ha puesto al lado de Pablo Iglesias, para exterminar a los socialistas o dejarlos en una expresión parlamentaria parecida a la de sus homónimos griegos. Y sinceramente, no me creo que esa estrategia vaya a cambiar para nada en los próximos meses y mucho menos si Pedro Sánchez intenta pactar otra moción de censura antes de final de año.
El cinismo, que también hoy denuncia públicamente el gran Iñaki Gabilondo, que demuestra el reseñado hecho, nos muestra, en el día que se cumplen cuarenta años de la llegada de la Democracia, el muy escaso valor ético que alguno de nuestros nuevos políticos auto-conceden a sus afirmaciones o a las de sus rivales políticos.
El próximo fin de semana nace un nuevo PSOE. Espero y deseo que para bien de la democracia española, aunque mucho me temo que muchos de los que lo hemos votado durante años tendremos muchas dudas en volver a hacerlo si no tenemos claro que la centenaria formación que fundó el gallego Pablo Iglesias Posse ha sabido unir todos los desafectos que ha creado en su seno la celebración de las últimas primarias y sobre todo, lo mucho que se ha llegado a decir innecesariamente.
Porque si la Ejecutiva que diseña el nuevo secretario general, que está en su derecho, no atrae a los que fueron sus adversarios circunstanciales, el PSOE efectivamente será un partido renovado, pero perderá por el camino a muchos miles de sus votantes que no son, ni han sido nunca militantes. Confiemos en que eso no sea así, porque la democracia española lo necesita imperiosamente aunque, de momento, las percepciones, a priori, no sean demasiado alentadoras.
No estaría de más que José Luis Ábalos Meco --que según parece será el número dos del PSOE como Secretario de Organización-- leyese a los congresista el texto íntegro del "maldito papel" que enseñó en el Parlamento, para que las partes en litigio se dieran cuenta de que el PSOE solo sobrevivirá en la unidad de sus miembros, ya que a su izquierda solo tiene al "nuevo comunismo" que, como siempre, intenta hacerlo desaparecer.
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